La Bahía de Altata, con su litoral de 70 kilómetros y una superficie de 9,100 hectáreas, es un paraíso natural y un sitio de gran relevancia histórica en Sinaloa. Ubicada en el municipio de Navolato, a 61 km de Culiacán y frente al Mar de Cortés, Altata se distingue por su rica biodiversidad y su papel en la historia de la región.

La Bahía de Altata, cuyo nombre significa “donde abunda el agua”, es una zona natural protegida que alberga una abundancia de manglares, palmeras, lirios y arrecifes. Su ecosistema, que incluye la Península de Redo y la Ensenada del Pabellón, es un refugio para una diversidad de flora y fauna. Los manglares y esteros que cubren casi toda la ribera conectan el mar con el macizo continental, creando un hábitat ideal para aves marinas, peces y otras especies.

La Península de Lucernilla, con su barra arenosa que separa la bahía del mar abierto, es un paisaje impresionante de dunas y playas tranquilas. Este lugar fue visitado por Hernán Cortés durante su exploración de California y es famoso por ser el punto de la primera exportación de tomate de Sinaloa hacia los Estados Unidos, marcando un hito en la historia agrícola y comercial de la región.
Altata, más allá de su riqueza natural, ofrece un escenario perfecto para actividades recreativas. Sus aguas tranquilas y olas desafiantes atraen a surfistas y amantes de la naturaleza, mientras que su biodiversidad hace del lugar un destino ideal para la observación de aves y la pesca deportiva.

La Bahía de Altata es un tesoro de Sinaloa, que combina un entorno natural único con una historia rica y significativa. Este destino no solo ofrece un refugio para la vida silvestre y un lugar de recreo para los visitantes, sino que también se erige como un testimonio de la importancia histórica y económica de la región. Visitar Altata es una oportunidad para sumergirse en la belleza natural y el legado histórico de Sinaloa, haciendo de cada visita una experiencia memorable y enriquecedora.